27 de octubre, 2015. Por Álvaro Mancera
(Artículo extraído de Bloomberg publicado el día 26 de octubre)
No todos los mercados emergentes son iguales.
Entre las extremas variaciones de la deuda de los países en desarrollo, desde Brasil hasta Sudáfrica, el mercado de los bonos del gobierno de México está disfrutando de un período de relativa tranquilidad.
Mientras que el 1.8% que los bonos denominados en pesos a tasa fija de México han rendido en los últimos seis meses, difícilmente se debe a un golpe de suerte. Los bonos mexicanos están superando a otras notas denominadas en moneda local de los principales mercados latinoamericanos, así como a todos, excepto a uno de los países desarrollados, después de ajustar sus rendimiento con respecto a la volatilidad.
México puede agradecer a los inversionistas institucionales por ayudarle a mitigar los efectos de una ola de liquidaciones que sacudieron a otras naciones en desarrollo.
Cerca de 60% de los bonos de México ahora están en manos de extranjeros, entre ellos BlackRock, Pimco y las pensiones chilenas, el porcentaje más alto en 15 años, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.
En 2004, tenían menos de 5%.
Estos bonos ahora se negocian más como la deuda de los mercados desarrollados, que como los valores de los mercados emergentes, lo que hace que su sobretasa de cuatro puntos porcentuales en relación al rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos sea una oferta atractiva, de acuerdo con Bank of Nova Scotia.
“Sin duda, México está muy por encima de otros mercados” en el mundo en desarrollo, dijo Gerardo Rodríguez, ex subsecretario de Hacienda de México, que ahora trabaja como administrador de dinero de BlackRock en Nueva York. “Ofrecen una buena combinación de rentabilidad ajustada por el riesgo y, sobre todo, liquidez”.
Eso no quiere decir que México no está exento de problemas. Al igual que el resto de la región, la caída en los precios de las materias primas ha pesado en el crecimiento. Los economistas encuestados por Bloomberg pronostican ahora una expansión de 2.4%. En diciembre, ellos esperaban un 3.4%.
Pero a pesar de todo –desde acusaciones de conflicto de intereses que han acosado a altos funcionarios del gobierno, hasta el escape de alto perfil del narcotraficante más famoso del mundo de este verano– los bonistas extranjeros se han mantenido firmes.
La deuda mexicana “ha sido notablemente estable”, dijo Eduardo Suárez, estratega para Latinoamérica de Scotiabank, en una nota a sus clientes este mes. Se estima que alrededor de un tercio de los bonos mexicanos propiedad de extranjeros están en manos de inversionistas a largo plazo, incluidos fondos de riqueza soberana.
La deuda en pesos de referencia cuenta ahora con una menor desviación estándar medida por el intervalo de puntuación z que los bonos similares a 10 años de todos los países del Grupo de los Siete, o G7. La desviación estándar mide las oscilaciones en los rendimientos relativos al promedio durante un periodo de tiempo determinado. Una puntuación cercana a cero indica una menor volatilidad.
Mientras que la caída del peso — 10% este año– amenaza con erosionar las ganancias de los tenedores extranjeros, es mucho más fácil tener cobertura en México que en otros mercados emergentes, lo que también reduce la volatilidad, dijo Suárez.
Como un activo de bajo riesgo, los bonos de México “aún no están a la par con los bonos del Tesoro o los bonos canadienses, pero se están acercando”, dijo el estratega desde la Ciudad de México. “Hay muchos factores que los apoyan. El primero es quienes son sus tenedores”.
Alejandro Urbina, un administrador de dinero de Silva Capital Management con sede en Chicago, dijo que su empresa ha estado incrementando su tenencia de bonos mexicanos entre sus 180 millones de dólares en activos. Una mayor presencia extranjera en el mercado le “da una mayor estabilidad a sus valores”, dijo.
Eso, además de las perspectivas económicas de la nación, “hace que México sea una historia de inversión convincente a pesar de toda la volatilidad que existe”, dijo por teléfono desde Cedar Rapids, Iowa. “Esto, aunado a una historia económica interesante, y todo lo que tienes que hacer es afrontar cierta volatilidad –sin embargo, menos volatilidad que la que enfrentas en otros mercados emergentes”.
Para contratar una deuda se debe ser cuidadoso, inteligente y analítico, repasemos algunas premisas que vale la pena observar.
Una de las mejores estrategias para evitar la fuga de dinero es tenerlo bien invertido.