27 de abril de 2017
Los inversionistas mexicanos han convertido a los fondos de inversión en uno de los instrumentos más buscados y exitosos del mercado en los últimos años.
La creciente demanda ha coadyuvado a que cada día la oferta de fondos se amplíe y sea más sofisticada. El tener tantas opciones para invertir, puede resultar por una parte muy apropiada para las expectativas del inversor, pero también un poco extenuante al revisar cada uno de los fondos. Las cosas se simplifican si revisamos la estructura básica del mercado: existen, de acuerdo con la Ley de Fondos de Inversión, cuatro tipos de fondos: renta variable, en instrumentos de deuda, de capitales y de objeto limitado. Los dos primeros son los que mayor oferta tienen, así como interés entre el público inversionista.
Actualmente (abril 2017), están autorizados 582 fondos de inversión, de los cuales 278 son fondos de deuda y 304 son fondos de renta variable. Los activos totales son del orden de los dos billones de pesos, lo que representa el 12% del PIB. Si bien existe un equilibrio en el número de fondos de ambos tipos (49% de deuda y 51% de renta variable) la distribución por activos es muy diferente. El 27% del dinero del mercado de Fondos está en Fondos en renta variable y el 73% en Fondos en instrumentos de deuda.
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