El Mundial de Futbol, Política, Economía, Inversiones y Más Fondos
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13 de julio de 2018
“Lo adorabas porque lo considerabas un arte: una actividad en apariencia sin sentido, llevada a cabo por personas con aptitudes especiales, una actividad que escapaba a todo intento de quienes pretendían definir su valor y sin embargo, de algún modo, parecía transmitir algo verdadero o incluso fundamental sobre la condición humana. Y la condición humana consistía, básicamente, en el hecho de que estamos vivos y tenemos acceso a la belleza, hasta podemos crearla aquí y allá, pero algún día estaremos muertos y ya no lo tendremos”.
Chad Harbach
En este año, las campañas políticas y la jornada electoral coinciden con las dos primeras semanas del mundial de futbol de Rusia. Si recuerdas, lo mismo sucedió en la elección de Felipe Calderón en 2006.
A simple vista, la coincidencia de ambos eventos no tiene mayor relación ni influencia, podríamos pensar que algunos votantes no llegarán a la casilla por estar atentos a la televisión, o también, que las personas que viajan a Rusia igualmente no votarán.
Pero lo que apuntan los expertos es que existe una relación mucho más compleja que sólo el problema del abstencionismo. Todos sabemos que si existe un gusto transversal que une a los países, ese es el futbol. A nivel mundial es el deporte con más seguidores sobre la tierra. Y lo que lo hace tan especial, es que gusta por igual a todos, independientemente de la condición social, nivel educativo y hasta de género, porque sí, a las mujeres también les apasiona el futbol.
Se ha estudiado que los resultados obtenidos por una Selección Nacional de Futbol afectan sensiblemente la percepción que tiene la población de un país con respecto al gobierno en el poder, y en este caso, al que lo representará; a mejores resultados en el futbol, las personas perciben, consciente o inconscientemente, que también el gobierno lo está haciendo bien, que su país está triunfando o por lo menos haciéndolo mejor que el del equipo derrotado; a mejores resultados, el partido en el gobierno recibe más votos. Por supuesto, en caso contrario, las personas se sienten tan abatidas que al buscar culpables se piensa enseguida en la ineficacia del gobierno y su incapacidad para generar el dinero y poderío que dotaría de recursos al futbol, por lo que la reacción común es votar por la oposición.
Saber qué tanto impacta a las campañas políticas el estar embebidos en las tablas de clasificaciones de los grupos es difícil. Pero es un hecho que del jueves 14 de junio al domingo 15 de julio, la gente empezará a vivir en el mundo llamado futbol.
La política pesará menos porque la atención estará en otro lugar. Los votos ya definidos difícilmente se moverán y los indecisos pensarán en eso más tarde. Entramos en pausa o peor aún, en el fin anticipado de las campañas por lo que a los votantes se refiere. Esta situación sólo conviene al primer lugar en las encuestas, porque los candidatos en segundo y tercer lugar tendrán muy pocas oportunidades de ser realmente escuchados y atendidos. Los candidatos deben aprovechar el tiempo ahora, que aún son noticia.
No sabemos quién jugará el 1 de julio, día de la elección presidencial, de congresos, gubernaturas, etc. En esta fecha hay dos partidos programados de octavos de final. Uno a las 9:00 a.m. y el siguiente a la 1:00 p.m. ¿Podría darse el caso de que México jugara alguno de esos partidos? Para los entusiastas, pensemos en que todo puede suceder.
Y es que tal vez en unas elecciones tan polarizadas, donde el enfrentamiento no sólo ha sido entre partidos políticos sino entre los ciudadanos, el nacionalismo exacerbado ante un triunfo de la selección o la indignación conjunta por una injusticia del árbitro puede ayudar a calmar, aunque sea temporalmente, los ánimos.
Los beneficios de un mundial de futbol son ambiguos. Muchas veces las sedes pierden dinero cuando las necesidades de desarrollo de infraestructura son demasiado altas. Las claramente beneficiadas son las empresas hoteleras, restauranteras, turísticas con inversiones previas que sólo reciben los beneficios de una demanda desbordada y de un excedente en los precios que los visitantes están dispuestos a pagar.
Pero en todos los países, especialmente los que tienen una selección en disputa, se genera una actividad económica importante en muchos sectores. Se vende mucho la ropa deportiva oficial, así como prendas alusivas a los colores nacionales en general, las televisoras obtienen ingresos extraordinarios, los restaurantes tienen mayor afluencia y qué decir de los productos como refrescos y bebidas alcohólicas.
En México podemos esperar un aumento en el gasto de la población que ayude a mejorar la actividad económica de los sectores involucrados. Asimismo, otros sectores reducirán su actividad, ya que tanto el personal como los clientes estarán pendientes de los partidos, que por ser en Rusia, coinciden con nuestras horas laborables.
Y ¿qué pasa en las bolsas cuando juegan sus selecciones? De acuerdo con Bloomberg los volúmenes de acciones negociadas disminuyen drásticamente, se destaca que en Chile en el mundial del 2010, el volumen de acciones operadas en la bolsa cayó más del 99% durante uno de sus partidos. Algo similar sucedió con Argentina y Brasil cuyos volúmenes cayeron en 80% y 75%. El caso de Estados Unidos es importante, a pesar de no ser un país futbolero, el volúmen del mercado cayó en 43%. Si bien estos son datos curiosos solamente, nos demuestran cómo un país se puede llegar a paralizar ante el futbol.
Como consecuencia, al estar todo el mundo distraído, la volatilidad de los mercados es menor y pueden inclusive caer un poco las tasas de interés. Este efecto, citando a Bloomberg, es mayor cuando los mundiales se celebran en Europa. En el caso del mundial de Corea en 2002, como los horarios eran muy distintos, la volatilidad incluso aumentó.
Otro efecto importante es que las vacaciones de verano inician cada cuatro años generalmente un mes antes. Los europeos sobre todo, prácticamente dejan el trabajo por la paz el 15 de junio para retomarlo en septiembre.
Esta pausa puede ser de utilidad con los mercados financieros tan movidos que hemos tenido en los meses anteriores. Es cierto que los tipos de cambio, índices y tasas de interés no van a dejar de reflejar lo que sucede en la economía, pero también es cierto que muchas veces el nerviosismo provoca que los efectos sean mayores a lo esperado, causando movimientos abruptos innecesarios.
Hay sectores y acciones que podrían resultar ganadoras: televisoras, cerveceras, refrescos, aerolíneas y empresas de autoservicio. Aquí siempre hay oportunidades de negocio a través de sus acciones.
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